La lluvia en Guadalajara también trae consigo el frescor de la tierra mojada aromatizando el viento, los cerros tapizados de verde, algún arcoíris repentino en el firmamento desordenado por la tormenta.
Las lluvias traen también insectos; mayates, hormigas voladoras, y otros cada vez menos comunes: las luciérnagas. Cada vez es más extraño encontrar insectos en las ciudades. Más allá de las cucarachas, las moscas y las hormigas, que tienen la característica terrible de coexistir con nosotros donde sea que vayamos, la vida minúscula se ha convertido en un fenómeno menos común.
Cada vez es menos recurrente encontrar una mariposa entre los rosales; cada vez más extraño ver libélulas posadas en el resplandor de su aluminio azul, orugas pendiendo de las buganvilias, gusanos quemadores en el zacate de nuestras casas.
Hoy en día es casi imposible poder encontrar luciérnagas en Guadalajara. Para poder atisbarlas es necesario salir de la ciudad, y este es uno de los mejores lugares donde todavía es posible hallarlas: Huilotán.
En el Parque Ecológico Huilotán es posible acampar. Dentro del perímetro de la zona hay cascadas y albercas de piedra donde nace el agua, además de un mirador donde es posible atisbar el horizonte entero. Por las tardes, cuando empieza a caer el cielo, la temporada de lluvias hace posible el fenómeno de las luciérnagas: decenas y decenas de estos insectos parpadeando con su fuego fosforescente entre la negrura de las arboledas.
El Parque Ecológico Huilotán está ubicado a unos 30 minutos de Guadalajara. Para llegar, puedes tomar la carretera Guadalajara-Tlaquepaque y seguir las indicaciones hasta el parque.
El parque está abierto todos los días de 8:00 am a 5:00 pm. La entrada cuesta $50 pesos por persona.
Si quieres vivir una experiencia mágica, te recomiendo visitar el Parque Ecológico Huilotán durante la temporada de lluvias. Las luciérnagas son un espectáculo de la naturaleza que no te puedes perder.